Hoy es 19 de Agosto de 2013.
A pesar del cansancio del primer día de viaje, y de que nos acostamos tarde, el día de hoy ha comenzado muy temprano. A las 6:15 sonó el despertador, y comenzamos a prepararnos para la segunda gymkana del viaje, la más ilusionante supongo. Tras dejar el hotel, vamos a través de las distintas paradas del metro, hasta la terminal T1 del aeropuerto de Madrid - Barajas.
Antes de entrar en el metro nos llamó la atención un hombre, que la verdad sin hacer daño a nadie, se dedicaba en la calle a repartir un papel deseando la paz mundial a todo el mundo. Como mensaje e intención no está mal, lo gracioso del tema es que el personaje, por llamarlo así, estaba desnudo, con sólo dos ventiladores tapandole sus partes y el trasero, y con más cachibaches y aparatos a su alrededor, en lugar de ropa, eso sí, deseandonos a todos la paz mundial. No sé, supongo que para él nosotros somos los raros y locos del mundo.
Total, como digo, llegamos en metro a la terminal T1 del aeropuerto, y la mañana se nos va un poco entre colas... la cola para que nos faciliten los billetes y documentación de los vuelos, la cola para facturar, la cola para entrar en el avión (el vuelo salió con 30 minutos de retraso), colas, colas, ..., eso sí, nuestras vueltecitas por las tiendas de la terminal, y nuestro desayuno en los siempre "baratos" bares del aeropuerto, también lo tuvimos.
Por fin, a las 11:30 hora española (en los países balticos hay una hora más), el avión puso rumbo hacia Riga. Nos esperan 4 horas de viaje. Yo elegí ventanilla. Me encanta ver como se va empequeñeciendo todo a medida que el avión va subiendo, y apreciar en toda su grandeza, parte de nuestro mundo, que desde abajo, a raz de suelo, no apreciamos como deberíamos, y viajar entre las nubes, o por encima de ellas, no se puede decir que se pueda hacer todos los días.
Tras 4 horas de vuelo, llegamos por fin a nuestro destino, Riga, la cual para nuestro asombro y sorpresa nos recibe lloviendo, y con ganas.
El autobús que nos recoge nos deja en el hotel Karavella, donde descansamos un momento, para a eso de las 6 de la tarde, y ya sin lluvia gracias a Dios, ir por nuestra cuenta desde el hotel al centro de Riga. Gracias a un mapa que nos dieron en el hotel, situado a 2 Kms del centro de Riga, cerca del puerto de la ciudad, logramos llegar sin problemas, callejeando las principales calles, avenidas y parques de la capital letona.
Me llamó la atención, la cantidad de edificios abandonados, y la cantidad de lugares que parecian, a mi parecer, lugares transportados en el tiempo, y que te trasladan a la época en la que Riga estaba bajo el dominio sovietico. Amplias avenidas y enormes parques, con inmensos monumentos que parecen llevarte a la época de los zares, ó de los austrias, edificios imponentes, bellísimos, cuidados hasta el mínimo detalle en la fachada. Os hablo del teatro de la Ópera, de la Catedral gótica del Domo, del propio edificio del palacio presidencial de la República, situado en la plaza del Ayuntamiento. Merece la pena callejear por las calles centricas de Riga, muy ambientadas también con una gran cantidad y variedad de bares y restaurantes, lo cual nos devuelve a la actualidad, en nuestro improvisado viaje en el tiempo, a la Riga actual, a la Riga designada como Capital de la cultura europea 2014, capital de una Letonia cada vez más modernizada y abierta al mundo capitalista que parece predomina en nuestro mundo en nuestra época actual.
De todos modos, su centro conserva ese encanto de otros tiempos, y mañana, el primer día completo por fin en una misma ciudad desde que ayer domingo comenzamos el viaje (que lejos parece ya todo lo realizado en Madrid...), tendremos la suerte de conocer con más detalle todo lo que hoy hemos visto por nuestra cuenta, ya que contaremos con la ayuda de una guía local.
Hoy, terminamos nuestro día en el hotel, en el cual, tras la cena, descansamos para poder mañana disfrutar de nuevo de este viaje en el tiempo que nos propone Riga. Pero eso ya os lo contaré mañana.
Hasta la próxima Bloxperiencia.