sábado, 28 de agosto de 2010

Diario de viaje: Jornada 7, Santander. Fin de viaje.

Hoy es viernes, 7 de Agosto de 2009.

Aprovechamos que es el último día, y que por la tarde recorremos media España hacía Madrid, para despertarnos más tarde de lo habitual, sobre las 9:30 - 10:00 y recuperar horas de sueño.

Tras recoger todo, y abandonar Corrales de Buelna, eso sí más tarde de lo que pretendiamos, sobre el mediodia, partimos hacia Santander. Hoy tenemos guía para conocer la ciudad. En Santander vive Tamara, amiga de Mª del Mar, y quedamos con ella para enseñarnos la ciudad. Lo primero que vemos y recorremos es el paseo marítimo de la playa del Sardinero, que no es una única playa, son dos, separadas por los jardines de Piquio. Desde estos bellos jardines se divisa el Palacio de la Magdalena, el faro de Cabo Mayor, la costa hasta el Cabo de Ajo y todos los alrededores de El Sardinero. Los jardines fueron construidos con el desarrollo de la zona de El Sardinero a mediados del siglo XIX como selecto núcleo turístico. El Sardinero, considerada como una de las zonas más elegantes del litoral español se extiende desde la Península de La Magdalena hasta Mataleñas. El centro de El Sardinero es la plaza de Italia, donde se encuentra el Gran Casino.



Aparcamos junto al gran Casino, enfrente de la primera playa del Sardinero, y recorremos el paseo marítimo hacia la península de la Magdalena, lugar de veraneo del rey Alfonso XIII, a principios del siglo XX, hoy jardines donados a la ciudad, y lugar donde se encuentra el palacio de la Magdalena, casa del rey, y hoy lugar donde se ubica la UIMP (Universidad Internacional Menendez Pelayo).




Lo sorprendente de este lugar, además de sus vistas hacia las playas de Santander, y a su bahía, es que en una parte de dicho parque hay un pequeño zoo con leones marinos, focas y pingüinos. También hay un pequeño museo al aire libre dedicado al mar.




Tras un paseo por tan bello lugar, damos una vuelta, en coche, por el centro de la ciudad, pero al no poder encontrar aparcamiento para los dos coches que ibamos, nos vamos a la zona del El Sardinero (el estadio de fútbol), cerca de las playas antes nombradas. Allí almorzamos en un chino. Eran ya las 4 de la tarde, y los restaurantes de comida tradicional ya estaban cerrados por la zona.

Tras rellenar el estomago, Tamara nos lleva al punto más alto de la ciudad, denominada Cabo Mayor, donde está situado el faro y tenemos unas vistas impresionantes de toda la ciudad, incluyendo la peninsula de la Magdalena, sus playas y la bahía de la ciudad.



Cerca de Cabo Mayor tomamos un cafe para retomar fuerzas, para ya, con mucha pena, dar por terminada la visita a Santander. Tras dejar a Tamara en su casa, el grupo se separa, ya que unos seguiran de vacaciones por Pamplona, y otros (yo entre ellos) tenemos que regresar a Jerez.

Tomamos la A-67, dirección Palencia, y en Aguilar de Campoo nos desviamos hacia Burgos, donde a través de la autovía A-5, llegamos ya de noche, a Madrid, donde dormimos en casa de Violeta, amiga de Mª del Mar.

El viaje llega a su fin. Mañana ya estaré de nuevo en Jerez. Hemos visitado muchos pueblos en pocos días, pero muchos más nos han quedado por ver, sobre todo por la zona de Cantabria. Con la esperanza e ilusión de poder volver algún día, regresamos a casa, cansados, pero contentos por esta semana que hemos tenido la suerte de disfrutar.