domingo, 23 de marzo de 2014

Diario de Viaje Roma 2014 - Jornada 4 (y Final) - "Pateando Roma"

Hoy es Sábado 1 de Marzo.

Sigue lloviendo. Dice el dicho que la lluvia en Sevilla es una maravilla... bueno... pues en Roma no tanto...jajaja... aunque la verdad no es impedimento a las ganas de recorrer la ciudad que tenemos hoy. 


Hemos decidido en principio no tomar, si es posible, ni metro, ni bus, ni tranvía... hoy vamos a conocer calles, plazas, iglesias y rincones de Roma, "a patita", que es como realmente se conocen las ciudades. Además, las zonas que queremos visitar no están en realidad tan lejos, y con paso tranquilo, podemos ir viendo muchos rincones de la ciudad. Eso sí, vamos a hacerlo con un poco de orden, y no dar vueltas de más. Comenzamos.


Informaros que nuestro hotel se encuentra junto a la denominada Plaza de la República, plaza semicircular situada en las cercanías de la  Estación de Termini, (digo también esto para situaros). Alrededor suya se encuentran la famosa Basílica de Santa María de los Ángeles y los Mártires, la cual está integrada en parte de lo que fueron las Termas de Diocleciano





Una de las salidas de esta plaza, es la Via Nazionale, a través de la cual, llegaríamos a la Plaza Venezia, punto de conexión con el centro de la ciudad, y que el primer día conocimos junto al Foro Romano. Pero ya llegaremos allí, vamos por partes.

Primero decidimos quedarnos en esta plaza, ya que en ella se encuentra, como dije antes, las ruinas de lo que fueron las Termas de Dioclesiano, y la Basílica de Santa María de los Ángeles y los Mártires. 

File:3222 - Roma - Santa Maria degli Angeli - Interno - Foto Giovanni Dall'Orto 17-June-2007.jpg

La dedicación a los mártires hace referencia al dato que afirma la hagiografía cristiana ( o historia de la vida de los santos), según el cual las termas de Diocleciano, fueron construidas con el trabajo de cristianos hechos esclavos. La basílica actual fue diseñada en 1562 por Miguel Ángel sobre la base del aula central de las Termas. 




En el suelo de esta Basílica, se encuentra la gran meridiana solar de Francesco Bianchini, construida sobre diseños de Miguel Ángel, a solicitud del papa Clemente XI e inaugurada el 6 de octubre de 1702. Su fin era demostrar la exactitud del Calendario Gregoriano y determinar la fecha de la Pascua cristiana en el modo más coherente posible con los movimientos del Sol y la Luna.

File:0 Méridienne de S. Maria degli Angeli.jpg File:0 Méridienne de S. Maria degli Angeli (2).jpg File:0 Méridienne de S. Maria degli Angeli (1).jpg

Una vez visitada esta basílica, tomamos la Vía Nazionale. Es una gran calle (algunos la llamarían Avenida) está llena de gente, tiendas, restaurantes, hoteles, ..., ojo, tiene tráfico, en definitiva, tiene mucha vida. Para los que la conozcan la asemejaría a la Gran Vía de Madrid. Pues una vez ubicados en esta calle, tomamos la cuarta calle (Vía delle Quattro Fontane) que queda a su derecha (en el sentido en el que vamos, dejando la Plaza de la República a nuestra espalda) con idea de llegar a nuestro siguiente punto. La plaza de las 4 fuentes, (de ahí el nombre de la calle) la cual, para nuestra sorpresa, a pesar del nombre, no se trata de una plaza, sino que se trata de un cruce de calles (Via del Quirinale y Via XX Septtembre, dos vías importantes de Roma) y en las 4 esquinas de dicho cruce hay 4 fuentes, vamos, que hay que ir con cuidado, y pendiente, porque es que te pasas la plaza, te pasas el cruce, y ni te das cuenta. La verdad que es fácil de pasarte este punto, más pendiente a cruzar de acera, de los coches, que a los edificios. Claro, que ves una fuente de agua en una esquina, y eso ayuda, llama la atención, y ya cuando te da por mirar, y ves que hay 4, una en cada esquina, te das cuenta de donde estás. Estas 4 fuentes adornadas con estatuas representan diferentes lugares o personajes, según su ubicación. Las fuentes de la parte norte, representan a los ríos Tiber y Nilo, y las fuentes de la parte sur a las diosas Juno y Diana. Estas fuentes son del siglo XVI. 



Justo a la derecha de este cruce, en la Vía del Quirinale, pero pegado a las fuentes, no hay que andar más de 2 pasos, se encuentra la iglesia de San Carlino, llamada así por sus pequeñas dimensiones, ó San Carlo alle Quattro Fontane (San Carlos de las 4 fuentes), Es una iglesia construida entre 1638 y 1641, diseñada por Francesco Borromini siendo considerada una de las piezas maestras de la arquitectura barroca. Fue un encargo de la Orden de los Trinitarios Descalzos, dedicados a la liberación de esclavos cristianos, en Quattro Fontane en 1634. 




Bien, seguimos nuestro camino, por la misma calle anterior, (Vía delle Quattro Fontane) y a pocos metros nos encontramos en la Piazza Barberini, la cual toma el nombre del Palacio Barberini. Fue realizada bajo la protección del cardenal Francesco Barberini hacia 1625En el centro de la misma se encuentra la Fuente del Tritón obra de Gian Lorenzo Bernini de 1643, realizada durante el papado de Urbano VIII.


Seguimos nuestro tranquilo paseo. Estamos conociendo muchos lugares en poco tiempo, y el clima parece que acompaña, ya que ha dejado de llover. Tomando la Via Sistina, dejando la plaza Barberini a nuestra derecha, llegamos a uno de los puntos clave de la ciudad, la Piazza di Spagna. Además de ver todo lo que hemos visto, la idea principal por la cual hemos realizado el recorrido elegido, es para llegar a dicha plaza, por la parte superior, donde se encuentra la iglesia de Trinità dei Monti y evitar subir la famosa escalinata de esta plaza, con nada más y nada menos que 137 escalones, dejando en la parte inferior la barroca Fontana della Barcaccia (fuente de la barca, realizada por Bernini), la cual, que pena, está en restauración y no podemos verla, por eso os he dejado como imagen este dibujo, que si expresa la belleza de esta impresionante plaza. El resto de imágenes ya fueron tomadas por mi. 




 Cercana a esta plaza se encuentra la Via Condotti muy conocida en Roma por sus tiendas de marcas exclusivas. Todas las grandes marcas de moda (Dior, Channel, Vuitton, Versace... etc...) tienen tiendas a lo largo de esta Via. En la siguiente imagen, podéis ver un escaparate de Versace, donde el bolso "sólo valía" 1.395€ y los zapatos 785€... vamos, toda una "ganga". 


Haciendo honor a su nombre, en esta plaza se encuentra ubicada la Embajada de España. Dejamos la embajada a nuestra derecha, y la plaza de España a nuestra espalda, y seguimos adelante, por la Via di Propaganda, primero, y por la Via Poli después, para llegar a la Via del Tritone, (avenida con tráfico) y cruzarla, para a través de otra calle, que sigue llamándose Via Poli, llegar al siguiente punto impresionante de la ciudad, a la Fontana di Trevi, (La Fuente de Trevi) la cual es la mayor (con cerca de 40 metros de frente), más ambiciosa y más famosa de las fuentes monumentales del Barroco en Roma. 



La fuente está situada en el cruce de tres calles, marcando el punto final del Aqua Virgo, uno de los antiguos acueductos que suministraban agua a Roma. Con la supuesta ayuda de una virgen, los técnicos romanos localizaron una fuente de agua pura a sólo 22 km de la ciudad (escena representada en la actual fachada de la fuente). Esta Aqua Virgo corría por el acueducto más corto de Roma directamente hasta los Baños de Agripa y fue usada durante más de cuatrocientos años. El golpe de gracia a la vida urbana de la Roma clásica tardía fue la rotura de los acueductos por parte de los asediadores godos. Los romanos medievales quedaron reducidos a sacar agua de pozos contaminados y del río Tíber, que también se usaba como cloaca.



Una leyenda tradicional sostiene que los visitantes que arrojan una moneda a la fuente aseguran su regreso a Roma. Yo os puedo decir, que la primera vez que vine a Roma, en mi viaje de fin de curso con el instituto de bachillerato, arroje una moneda, y volví, una segunda vez, a un encuentro juvenil con Juan Pablo II en la plaza del Vaticano, y volví a la fuente y eché una segunda moneda, y mirad... he vuelto.... esta vez reconozco que no he tirado moneda. Roma me encanta, y no necesito de monedas para volver, pero por si acaso, yo de vosotros la tiraba....jajaja. La plaza donde está situada la fuente es pequeña, de hecho si no fuera por la impresionante fuente, yo no la consideraría ni plaza, ni pararía en ella, pero la fuente lo nubla todo... si el lugar tiene algo más que ver, queda eclipsado por este monumento, indescriptible. 

Bien, seguimos nuestro paseo. Estamos viendo muchas cosas, pero no han pasado ni 2 horas desde que salimos del hotel, realmente esta todo muy cerca y no estamos andando tanto como pueda parecer, lo que pasa es que se ralentiza todo al pararte y mirar tanto monumento y tanto detalle arquitectónico de la ciudad. Si no hiciéramos paradas, lo que llevamos recorrido se haría perfectamente en unos 25-30 minutos, o incluso menos. Bueno, seguimos como digo, y nuestro siguiente punto importante es la Piazza de la Rotonna (Plaza de la Rotonda), ya que en ella se encuentra el Panteón de Agripa, Construido por Adriano en el año 126, y que presume de ser el edificio mejor conservado de la antigua Roma.


Es un templo circular construido en Roma a comienzos del Imperio romano, dedicado a todos los dioses (la palabra panteón, de origen griego significa "templo de todos los dioses"). La construcción del Panteón actual se llevó a cabo en tiempos de Adriano, en el año 126 d.C. El nombre de Agripa viene dado porque el lugar en el que está construido el edificio actual estaba anteriormente ocupado por el Panteón de Agripa, construido en el año 27 a.C., que quedó destruido debido a un incendio en el año 80 d.C. A principios del siglo VII el edificio fue donado al Papa Bonifacio IV y éste lo transformó en una iglesia, por lo que en la actualidad presenta un perfecto estado de conservación.

 

En el interior del Panteón se encuentran las tumbas de numerosos reyes de Italia y multitud de obras de arte. El personaje más conocido que se encuentra enterrado en el Panteón es sin duda el pintor y arquitecto renacentista Rafael.


Se va acercando la hora de comer, y vamos cumpliendo con lo planificado al salir del hotel. La idea es que sobre las 2 de la tarde, estuviéramos cerca de la Plaza Navona, ya que en una de sus calles cercanas, me aconsejaron almorzar en una de las mejores pizzerías de Roma, Da Bafetto. Pues bien, son casi las 2 y el siguiente punto de la ciudad a conocer es precisamente la Piazza Navona. 




Dotada de un estilo barroco muy elegante, la Plaza Navona es una de las plazas más bonitas y populares de Roma. Ocupa el lugar en el que se situaba el estadio de Domiciano (Circo Agonal) en el año 86, con espacio para más de 30.000 espectadores, en el que los ciudadanos romanos disfrutaban de los juegos atléticos griegos. Sin duda el mayor atractivo de la Plaza Navona son las tres fuentes construidas bajo el mandato de Gregorio XIII Boncompagni:

Fuente de los Cuatro Rios

En el centro de la Plaza Navona se encuentra la "Fuente de los Cuatro Ríos", construida por Bernini en 1651. Las cuatro estatuas de la fuente representan a los cuatro ríos más importantes de la época: el Nilo, el Danubio, el Ganges y el Río de la Plata. En el centro está situado un obelisco de 16 metros de altura que perteneció al Circo de Majencio, que fue encontrado en la Vía Apia.

También hay que destacar las otras dos fuentes que se encuentran en cada uno de los extremos de la plaza, la fuente del Moro, creada por Giacomo della Porta y perfeccionada por Bernini, que posteriormente añadió los delfines, fue conocida en sus inicios como la "Fuente del Caracol". Esta fuente está situada en la parte sur de la plaza; y la Fuente de Neptuno fue diseñada por Giacomo della Porta, pero permaneció en el abandono desde su creación hasta 1873, cuando la obra fue finalizada por Zappalà y Della Bitta.

Fuente del Moro Plaza Navona, Fuente de Neptuno

Bien, ya hemos superado las 2:30 de la tarde, y creo yo que va siendo hora de ir a comer. Según sales por la parte norte de la plaza, donde está situada la Fuente de Neptuno, dejando a la derecha la Embajada de Brasil, llegamos a la Via del Governo Vecchio, que es donde esta la pizzería que nos recomendaron. Pero.... vaya por Dios.... está cerrada..... oohhhh!!! pues nada.... la calle, muy bonita, estrecha, llena de tiendas y bares, nos invita a quedarnos allí de cualquier modo, así que como no tenemos ni idea de otro buen restaurante, nos quedamos en uno que tenía una terraza pequeña en la puerta (ocupa casi toda la calle) y donde tenía muy buena pinta lo que veíamos, o es que ya teníamos hambre, jajaja. El lugar elegido se llama Mimi e Coco, y comimos estupendamente, y mucho más barato que ayer en el Vaticano.

 

Decir que estamos en todo el centro histórico de la ciudad de Roma. Todo son calles escondidas, estrechas, edificios antiguos, y tiendas y bares pequeños, y que invitan a la relajación, pero tras la comida, nos queda recorrer el camino de vuelta al hotel, y la tarde se está poniendo muy fea, de hecho ha caído una buena cantidad de agua mientras estábamos comiendo. 

Bien, nuestra primera parada, atravesando la avenida Vittorio Emanuele II dejando atrás la plaza Navona, es El Campo dei Fiori (Campo de Flores) una de las principales plazas de Roma, animada tanto de día, con su particular mercadillo, como durante la noche, (esto ya lo que me han informado) cuando sus terrazas se llenan de turistas y locales.

Campo dei Fiori Campo dei Fiori, puesto de Flores

Damos una vuelta por los puestos de venta ambulante de la plaza, la mayoría de los cuales están ya recogiendo, se nota que son más de las 4 de la tarde. Aún así nos da tiempo a comprar unos caramelos para el camino de vuelta, y unas pasas para mi madre. Volvemos a la calle principal de esta parte de la ciudad (Corso Vittorio Emanuele II, une la plaza Venezia con un puente que da al Vaticano... ¿veis lo cerca que está todo...?) y recorriendola en dirección Plaza Venecia, llegamos a otra parada, la Iglesia del Gesú.

Iglesia del Gesù Il Gesù

Construida entre 1568 y 1584, Il Gesú fue la primera iglesia jesuita que se construyó en Roma. Decorada de forma profusa y opulenta a partir del siglo XVII, en la actualidad constituye uno de los ejemplos más destacados del arte barroco romano.


Son más o menos las 5 de la tarde, pasadas, pero parece que son las tantas de la noche, porque se ha cerrado el día, y empieza a llover con fuerza, y esta vez nos ha cogido en plena calle. Llegamos a la Plaza Venecia, ya conocida del primer día, así que simplemente la atravesamos, para, bordeando el Foro de Trajano (también visto el primer día, que vimos el Foro Romano), vamos dirección Via Nazionale. Si recordáis al principio, esta avenida unía la Plaza de la República con la Plaza Venecia, así que vamos directamente por esta calle (avenida) directos al hotel, ya que realmente, es ya de noche, hemos visto todo lo que pretendíamos ver, y entre todo lo andando, y la lluvia, que no para, ya va siendo hora de que al menos mi madre, regrese al hotel, así que sin pararnos en ver ni edificios ni tiendas que están en esta calle, llegamos al punto inicial de esta mañana, la Plaza de la Republica, la cual atravesamos y llegamos al hotel.

Una vez con mi madre ya en el hotel descansando, y con menos lluvia, mi prima y yo fuimos un momento a otro punto importante de Roma, muy cercano, justo detrás de la estación de Termini, en dirección opuesta a la tomada esta mañana hacia la plaza de la República. Se trata de La Basílica de Santa María la Mayor (Basilica di Santa Maria Maggiore) es una antigua basílica católica considerada la más grande de las iglesias dedicadas a la Virgen María en Roma siendo una de las cuatro basílicas mayores de la ciudad. Preciosa. No pudimos verla entera, ya que había misa, y sólo dejaban entrar al principio de la Basílica, el resto estaba cerrado a no ser que fueras a sentarte para escuchar la misa.





Como no podemos permanecer mucho tiempo en la Basílica, para no molestar, mi prima regresa al hotel para acompañar a mi madre, y yo, hago una pequeña escapada de última hora, porque tengo la ilusión de ver el Coliseo de noche. Por mi, otro día, con otro tiempo, hubiera ido andando, pero con lo cerrada que estaba la tarde, prefiero ir en metro, así también tardo menos, y regreso pronto al hotel. Como además, estamos en Termini, pues no hay problema en tomar el metro.



La verdad que a pesar de la hora y del tiempo, me encontré con un montón de gente en la línea de metro, coincidí con un grupo de chavales españoles, que llevaban una alegría y una algarabía en el metro, propias de su edad y de nuestra forma de ser, jejeje..., pero lo que realmente me llamó la atención es la cantidad de personas que había en el Coliseo (hombre, no como durante el día, lógicamente) realizando fotos, con sus trípodes, muy bien equipados. Seguro que más de uno tuvo la misma idea que yo, pero, una pena, la tarde no acompañaba y estaba el cielo muy cerrado y todo muy oscuro, sólo iluminado con luz artificial. 

Durante la vuelta en el metro al hotel, no paraba de pensar que esto se acababa. Que en el momento que saliera de Termini, llegaría al hotel, y ya sólo quedaría descansar del día de hoy, para mañana regresar a España. Pero bueno, disfrute cada momento de ese viaje de vuelta, e intenté memorizar y captar cada detalle de mi viaje solitario (breve) por la zona de Termini dirección al hotel, porque no se cuando tendré la oportunidad de volver.

En fin, vamos a quedarnos con todo lo conocido hoy. Me ha encantado el día, a pesar del tiempo, porque nos hemos pateado unas calles, unas plazas, unos rincones, llenos de historia, de una belleza única, y de los cuales me he enamorado, más de lo que ya estaba.

Roma es eterna, y dicen, que todos los caminos llevan a Roma, así que con moneda o sin moneda en la Fontana di Trevi, seguro que volveré a esta ciudad, que es única en el mundo. 

Mañana regresamos a España, pero eso no tiene mucha más historia que regresar a Madrid, tomando el bus desde Termini hasta Fiumicino, como el primer día, tomar el avión, llegar a Barajas, donde esta vez tuvimos que esperar 3 horas, para tomar un segundo avión, para a eso de las 23 horas, llegar de nuevo a Jerez, cansado de tanto avión, y tanto aeropuerto, pero lleno de recuerdos increíbles de esta gran Ciudad.

Ciao Roma, Grazie Mille Roma.

domingo, 16 de marzo de 2014

Diario de Viaje Roma 2014 - Jornada 3 - El Vaticano

Hoy es viernes 28 de Febrero.

¡¡¡ Esta lloviendo!!! Finalmente se cumplen las previsiones, y el día se ha levantado nuboso y con lluvias, por el momento poca, pero lluvia al fin y al cabo y se espera que se lleve así todo el día. Lástima.


Hoy, al igual que ayer, nos hemos levantado a las 7:30 de la mañana, para pasar primero por el gran y buen buffet que el hotel nos tiene preparado para el desayuno. Hay que retomar fuerzas, que hoy de nuevo hay mucho que ver.






Hoy vamos a dedicar el día a los Museos Vaticanos, la Basílica de San Pedro y los alrededores. Para evitar colas y perdidas de tiempo, ya traigo reservados los billetes de entrada a los Museos Vaticanos. Se pueden comprar desde la web oficial del Vaticano (puedes pulsar aquí), de modo que cómodamente desde casa, y con semanas de antelación, ya teníamos las entradas para el día de hoy a las 11 de la mañana. (Sí, se elije día y hora, y el único requisito es estar allí media hora antes).


Bueno, pues allá que vamos. De nuevo pasamos por nuestro punto de conexión, Termini, hoy con más motivo, porque El Vaticano es lo más lejos que nos vamos a desplazar desde nuestro hotel. Tomamos de nuevo el metro, pero hoy la línea A (que recorre Roma de Este a Oeste), y nos bajamos en la parada CIPRO-MUSEI VATICANI, que es la más cercana al museo como su nombre indica.


Nada más bajarnos en dicha parada, empieza a diluviar, así que nos tenemos que resguardar de la lluvia bajo los paraguas (mi prima se lo dejó en el hotel, pero pudo comprar a personas que hay en las salidas de los metros, que intentan ganarse la vida vendiendo cosas, y hoy todos vendían paraguas). Yo me resistía a pensar que se iba a llevar todo el día lloviendo y por el momento me valía mi chaquetón con gorro.


Con el tema de la lluvia, no estábamos muy bien orientados, ya que no nos fijamos hacía donde íbamos al tomar una de las varias salidas que tenía esta parada
, así que tuvimos que preguntar para poder llegar a la entrada del Museo Vaticano. No hubo mucho problema, sólo tuvimos que atravesar dos calles y subir una tercera por unas escaleras (que a mi madre no le hizo ni pizca de gracia, por cierto) y llegamos a la hora indicada. Una vez allí, y a pesar de la lluvia, comprobamos que (tal y como esperaba) había dos colas, y en una de ellas se indicaba que podían pasar aquellos que ya llevábamos entradas, y ¡¡¡ ta-chan !!! era donde menos gente había... entramos enseguida, y, aliviados por estar bajo techo, nos ubicamos un poco en la entrada.

Yo ya estuve por aquí hace unos años, pero la verdad que no recordaba la entrada como me la encontré. Se nota que se han modernizado. Para empezar me llama la atención que tenemos que pasar por unas puertas de seguridad como los que hay en los aeropuertos (ya no recordaba que dejamos Italia, que El Vaticano es un país independiente) y que seguramente además, estamos en uno de los lugares con mayor control de seguridad en el mundo. Tras comprobar que vamos con buenas intenciones, tenemos que pasar por una de las ¿Cuántas había, 5, 6, 7, 8? taquillas para o bien comprar las entradas, o como en nuestro caso, simplemente enseñarlas. Bien, pues ya estamos dentro. ¡¡¡ Pues no!!! Aún hay que subir (ya sea por escalera normal o mecánica) a una planta superior, donde ya sí te indican las diferentes zonas del museo y tú ya vas eligiendo por donde empiezas y qué quieres ver.





Ni que decir tiene que el museo estaba lleno de gente, de grupos de chavales con sus profes, con grupos de personas numerosas y de gente como nosotros, de una cantidad más reducida, pero en general, había mucha gente, aunque la gran amplitud de las salas y de los accesos, nunca nos dieron sensación de agobio.Entre todos los lugares y monumentos que queremos ver en Roma, tenemos con una X bien grande la Capilla Sixtina, la grandiosa composición realizada por Miguel Ángel entre 1536 y 1541, así que en el momento que vimos una indicación con su nombre, para allá que fuimos.






La visita de hoy, ya tengo que decir de antemano, que no la vamos a aprovechar, y me explico. Vamos a empezar a ver restos de la antigua Roma, junto con tapices, cuadros y restos de edificios renacentistas y medievales, los cuales, no vamos a ser capaces de comprender y de apreciar, sólo visualmente, todo lo que encierra y todo lo que significa cada una de esas obras, debido a nuestra incultura en pintura y en arquitectura en general, así que si pueden ir con una guía, ya sea real o virtual (una grabación en el móvil por ejemplo) mejor. Yo llevaba una en el móvil, pero no era plan de ponerme a escucharlo yo sólo y pasar de mi prima y mi madre, pero es muy aconsejable ir comprendiendo la historia de esos impresionantes cuadros, esos frescos que decoran tanto las paredes como los techos de los pasillos por los que vamos pasando, y que tienen tanto que decirnos. Ni que decir tiene, valga la redundancia, que nos llevamos casi 3 horas por el museo y todo lo que se ve por allí o te deja la boca abierta, o no paras de decir frases como "Mira que bonito", "Mira, mira eso", "¿Has visto eso de ahí?, "Mira ese cuadro", y similares.





Los primeros pasillos estaban decorados con unos tapices enormes, en las paredes, de diferentes siglos (la mayoría del XV ó XVI) sobre escenas de la biblia. A continuación, otro pasillo enorme, con frescos en las paredes y en los techos. A continuación otro pasillo con más tapices, esta vez con escenas de reyes, y personas de alta alcurnia, o escenas importantes de la antigüedad, como uno en el que se hablaba de Carlo Magno. A todo esto, decir que cada pieza expuesta, ya fuera un tapiz, un resto arquitectónico o una pintura, tienen su correspondiente placa informativa, unas más extensas que otras, eso sí, de modo que aquellos que sepáis pues os sirve para ubicaros y daros información. A mi, tengo que reconocer, que salvo la fecha y algunos autores (pocos) la información me valía de poco, pero bueno, eso ya es culpa mía, jejeje... 





Antes de empezar a visitar otras dependencias del museo, dedicadas a algunos autores concretos, el último pasillo (son enormes...) está decorado con tapices de diferentes regiones de Italia, no recuerdo ahora en que siglo, pero no en la actualidad. Preciosos, los detalles de las costas, las montañas, los ríos.... eso hay que verlo.

Bueno, podría estar escribiendo sólo sobre esto, pero vamos a ir avanzando. Indicar que en todos los pasillos y en todas las dependencias, te van señalando el nombre de la siguiente sala, y siempre, el sentido en el que debes ir para ver la capilla Sixtina. No se cuanto tardaríamos, pero más o menos 1 hora, y por fin llegamos a dicha sala, a la capilla Sixtina. En dicha sala no se puede hablar, no se pueden echar fotos, no se puede grabar vídeo y hay dos, llamemos encargados de seguridad, que los pobres no paran de recordar (a veces ayudados por megafonía) que no hagamos nada de lo indicado antes (ni hablar). Se ve que quieren conservar dicha sala y el oxigeno o hidrógeno (o lo que sea que soltemos al hablar) y la luz de las cámaras, no debe ser bueno para las pinturas de dicha sala. Bueno, aquello estaba lleno de gente. Todos mirando para arriba, todos señalando detalles, aquellos que todos buscamos o aquellos que conocemos o nos llama la atención, vistos en miles de libros, películas o documentales. La verdad que impresiona. Es enorme, y pensar que se pintó a mano... y no quiero pintar mi casa sólo de 1 color... jajaja.... Intentaría describirlo, pero es que, primero como ya he dicho no se, y segundo... me sería imposible aún sabiendo. Estas pinturas, esos detalle de esta sala hay que estar en persona para hacerse una idea. Por muchas fotos o vídeos que se vean, no es nada comparado con estar allí, bien de pie en medio de la sala, o bien en los asientos, pocos, que hay en algunos laterales, mirando siempre para arriba, al impresionante techo, decorado de forma majestuosa. 





Indicaros que el Museo Vaticano se visita en un único sentido, lo explico por lo siguiente. Junto a la entrada de la Capilla Sixtina hay una pequeña sala que es un bar. Como a la entrada a la capilla era mediante escaleras, mi madre no quiso entrar, y quedamos en que esperase en el bar. Entramos mi prima y yo a la capilla, y cuando llevábamos unos 15 minutos, quise salir por donde entré, para recoger a mi madre, y no me dejaron. No dije nada, porque pensé, que la salida de la capilla, daría a la escaleras de acceso de la misma, y sólo tendría que bajar para recoger a mi madre del bar. Pues no... por la puerta que salí, bueno la única que hay, empecé a recorrer primero pasillos pequeños, luego alguna sala que no me sonaba de antes, y ya, cuando de nuevo veo pasillos super largos, ya pensé... "yo me estoy alejando de la Capilla Sixtina", así que, sin pensar, me vuelvo para atrás, a contracorriente. Al principio los de seguridad que hay por allí no me dicen nada, pero llegué a un punto donde los pasillos se estrechaban, y uno de seguridad me indica que voy contrasentido. Le intento explicar que mi madre está en el bar junto a la capilla Sixtina y que sólo pretendo volver a ella lo antes posible. 

Me comprendió el buen hombre, y me abre una puerta (no autorizada para visitantes) y tras pasar una sala que no hay nadie, salgo a un pasillo, el cual ya si me sonaba, cercano a la Capilla Sixtina. Se ve que el buen hombre, me hizo pasar por una sala que conecta las diferentes partes del edificio, y me evitó dar toda la vuelta inicial (os recuerdo que tardé 1 hora en llegar a la capilla, parando, echando fotos, de acuerdo, pero 1 hora). Total... allí que llego al bar, allí estaba mi madre, entro de nuevo en la capilla, y junto a mi prima, ya los 3, salimos de ella (yo por segunda vez) para seguir el recorrido. Esta anécdota la cuento, primero porque ahora me resulta graciosa, pero es que en realidad, más de uno habrá pensado lo mismo.... con personas mayores o inválidas (no me preguntéis como un silla de ruedas entra en la capilla Sixtina porque yo sólo vi escalones) y más de uno y una se habrán reencontrado en la entrada del museo, por haberse separado en este punto. Mi agravante era que el móvil y la documentación de mi madre lo llevaba yo, así que no era plan de dejarla sola por allí.

En fin, avancemos. Dejamos la Capilla Sixtina, ya con dirección a la salida del museo, y de nuevo, vamos pasando por enormes pasillos (se ve que son los paralelos a los anteriores), esta vez decorados con muebles, armarios y mesas fundamentalmente. De nuevo todo precioso, te apetece llevarte algo para decorar tu casa, jajaja, y de nuevo seguro que nos estamos dejando detalles sin conocer, pero bueno, la mañana va avanzando y queremos ver el Vaticano.


Una vez fuera, y tras pasar por los miradores de los jardines Vaticanos (también dentro del museo) nos dimos cuenta que hay una sala que no visitamos, y que era donde está expuesto el David de Miguel Ángel, entre otras obras... lástima, al llegar de nuevo al punto de inicio, pensamos que habíamos visto todo, y una sala que te indicaban hacía abajo, no recuerdo bien que información ponía en el indicador, pensamos que era una sala de pinturas, y como no entendemos de pintura, no bajamos. Craso error. Luego, comprobando el folleto informativo que cogimos en la entrada, nos enteramos de nuestro error. Bueno, ya tenemos motivo para regresar a Roma, ver el David de Miguel Ángel.





Serían más o menos las 1 de la tarde (habíamos estado casi 2 horas y media en el museo) y decidimos antes de almorzar, visitar el Vaticano, la Basílica de San Pedro. Tal y como salimos del Museo (salimos a la misma calle donde está la entrada), vamos siempre rodeando las murallas del museo, dejándolas a la derecha, y siguiendo las indicaciones de las calles. En realidad, estamos al lado, así que no hay perdida. Sigue lloviendo. Al llegar a la majestuosa, impresionante y enorme Plaza de San Pedro, y tras realizar las primeras fotos de dicha plaza y de la Basílica, nos tenemos que poner en cola, para entrar. La cola, por los laterales de la plaza, ocupa media plaza, larga, larga, larga, pero va rápida. Abandono un momento mi lugar en dicha cola, voy al principio de la misma, y resulta que el motivo de dicha cola, es que para entrar en la Basílica, al igual que ya ocurrió en el museo, te hacen pasar por un arco de seguridad. A pesar de la longitud de la cola, creo que no tardamos más de 15-20 minutos en llegar a la entrada. Una vez pasado este tramite, entramos en la basílica, y de nuevo, se te abre la boca, de nuevo "Mira eso", "¿Has visto eso?"... Increíble. Yo he tenido la suerte de que esta es mi tercera visita a esta basílica, pero mi prima y mi madre es la primera vez, y como todos, supongo, estaban impresionadas por todas las esculturas, pinturas y obras de arte que decoran la basílica, que de por sí, ya es digna de ver, por sí sola. 





Tras realizar un recorrido por las naves laterales de la basílica, está vez sí usamos la guía que llevaba en el móvil, (mi prima lo oía y me lo repetía a mi) y mi madre, bueno, ella iba al lado, y cuando se cansó se sentó en un banco, a esperarnos. La visita al Vaticano nos ocupó unos 30 minutos, poco, la verdad, pero mi madre, la pobre, ya estaba cansada, aunque estaba a la vez, encantada con el Vaticano. De nuevo pensando que se nos escapaban detalles, pero bueno, contentos con la información obtenida a través de la guía.






Son casi las 2 de la tarde, ya estábamos algo cansados y con un poco de hambre, como digo sobre todo mi madre, y como además seguía lloviendo, decidimos no ponernos a buscar restaurante, e ir a uno que hacía esquina en la plaza, y que nos llamó la atención al pasar antes frente a él. ¡¡ ERROR !! No es que el restaurante fuera malo, que no lo era, ni que nos atendieran mal, al contrario, una camarera sabía español y fue muy simpática con nosotros. Del error nos dimos cuenta cuando llegó el ticket. ¿A quién se le ocurre comer en un restaurante que hace esquina con el Vaticano? Sólo pedimos un plato por persona y una bebida (como podéis ver en las fotos) pues bueno, pagamos 66 euros... 22 por barba... casi nada... me vais a perdonar pero no estoy acostumbrado a pagar eso por un sólo plato, pero claro, es que no estábamos pagando la comida, ni el servicio, estas pagando el lugar, donde estas comiendo, al lado del Vaticano. Bueno, como en verdad, sarna con gusto no pica, se paga, y seguimos nuestro día.






Ha dejado de llover, y nos vamos a alejar un poco de la plaza de San Pedro, pero sólo 1 calle. Según miras la entrada principal de la plaza, y tomas la calle llamada Via de la Conciliazione, en dirección hacía el río, dejando a las espaldas la basílica, como digo, vamos a ir a ver otro punto importante de Roma, el Castillo de Sant,Ángelo, Conocido como Mausoleo de Adriano, es una fortaleza situada en el margen derecho del Tíber, muy cerca del Vaticano, tardamos no más de 10 minutos, o incluso menos en llegar andando, tranquilos, viendo los escaparates y las fachadas de la calle por la que vamos. 





La construcción del edificio comenzó en el año 135 bajo las órdenes del emperador Adriano, que pretendía utilizarlo como mausoleo para él y su familia. La edificación concluyó en el año 139, convirtiéndose, poco tiempo después, en un edificio militar que en el año 403 se integraría a la Muralla Aureliana.En el año 590, mientras una gran epidemia de peste devastaba la ciudad, el Papa Gregorio I tuvo una visión del Arcángel San Miguel sobre la cima del castillo, anunciando el fin de la epidemia. En recuerdo de la aparición el edificio se encuentra coronado por la estatua de un ángel. (Gracias a Wikipedia por este último párrafo y el siguiente) :)






En el año 1277 se construyó un corredor fortificado de 800 metros de longitud que conectaba el castillo con la Ciudad del Vaticano para que el Papa pudiera escapar en caso de que se encontrara en peligro. Durante los asedios ocurridos en Roma durante 1527, el Papa Clemente VII utilizó la fortaleza como refugio.


En la actualidad funciona como museo, y al igual que ocurrió en el foro, yo pago 12€ por entrar, mi prima por ser docente de un centro público paga la reducida, 7 euros, y mi madre, por ser mayor de 65 años, entra gratis. 


El castillo está dividido en cinco plantas a las que se accede a través de una rampa en espiral que lleva primeramente hasta la cámara de las cenizas y posteriormente hasta las celdas en las que permanecieron encerrados algunos personajes históricos, hoy salas del museo donde se pueden visualizar diferentes muestras.






En la planta superior está situada una gran terraza desde la que se pueden obtener valiosas fotografías de la ciudad desde las alturas, quizás lo único por lo que merece la pena entrar en este lugar, ya que museos, hay decenas, pero vistas, las vistas de Roma, del paso del río Tiber a través de ella, y de la plaza de San Pedro y la Basílica de San Pedro, esas vistas, desde Sant Ángelo, son únicas. Repito, sólo por eso, merece la pena la entrada y se debe entrar.






Se nos está echando la noche encima, empieza de nuevo a llover, así que decidimos que ya es hora de regresar al hotel. Pensábamos tomar el metro en la parada que hay cerca del Vaticano, pero andando hacía allí, que vemos una parada de autobús, con un cartel luminoso que pone "Termini"... jajaja... ¡¡¡ vamonos en BUS!!!! y menos mal que nos montamos, porque justo en ese momento empieza a diluviar, llueve con fuerza durante unos 10 minutos, justo lo que hubiéramos tardado en llegar al metro, y justo los que estuvimos dentro del autobús, así que no nos mojamos. Además, al comprar los tickets en la parada, la máquina no daba impreso el billete, así que llamamos al conductor, tras intentar comprar el primero, y viendo que no iba, nos dice, entrad... así que bueno... pagamos un billete (1,5 €) para tres... pero nuestra intención era comprar los tres... que luego la fama de listos nos la quedamos los españoles... jejeje...

Parece que no, porque hemos estado casi siempre bajo techo y en sitios muy cercanos, pero el día ha sido agotador (hay que sumar lo del primer día) y de Termini, tras algunas compras para la cena, nos vamos directos al hotel. Hay que sacar también tiempo para descansar, y relajarnos, que estamos aprovechando muy bien los días, y aún queda el tercero. Por cierto, también con lluvia. 

Pero eso ya os lo iré contando.