Martes 4 de Agosto 2009
Tras desayunar, lo primero que hacemos es pasarnos por Cangas de Onís, y obtener información por la oficina de turismo. Nuestra intención es realizar alguna actividad como piragüismo, aguas rápidas o paseos a caballo, pero entre los precios (entre 30 y 40 euros cada actividad) y que para realizar dichas actividades era tarde, cerca de mediodia, decidimos realizar una ruta, cerca de nuestra casa, en Caño, que nos dijeron que era muy bonita (la ruta) y se podía hacer en unas 2 horas. Es la ruta de la Olla de San Vicente.
Pasando Caño, a unos 2 Kms, encontramos un restaurante al lado izquierdo de la carretera, y enfrente de un río. En dicho lugar, comienza el sendero. Al principio es un sendero típico de sierra, con altibajos, pero a medida que te introduces en el bosque, el camino pasa a ser más dificultoso, con parte del camino cubierto por piedras, mucha arboleda, y a veces, por caminos junto al río donde sólo cabe una persona, lo justo para pasar. Pero no es un sendero complicado. Vas viendo tramos del río,a veces tranquilo, a veces con pequeñas cascadas, hasta que a unos 45 minutos del comienzo, se llega a un pequeño, llamemosle, lago, muy pequeño, ..., una pequeña zona donde, entre dos cascadas, el río se calma, y encuentras un lugar donde puedes aprovechar para darte un buen chapuzón. Y eso fue lo que hicimos, ..., eso sí, el agua está helada... cuesta meterse.
Tras estar un buen rato disfrutando del lugar, mitigando el calor del día, hacemos el camino de regreso, y volvemos a la casa para almorzar. Como el día es caluroso, aprovechamos la tarde para, de nuevo, por la zona cercana a Llanes, en concreto a unos 5 Kms, en la localidad de Barro, pasar una tarde plácida y tranquila de playa, la cual, como casi todas las de la zona, es un pequeño entrante del mar, aunque creo que no se le puede considerar cala, tampoco es muy grande. Eso sí, empetada de gente (aunque no se aprecie en la foto, porque la eché casi al irnos, ya tarde).
Así pasamos la tarde, quizás las más tranquila de todo el viaje, aprovechando para recargar las pilas, entre baños, paseos, descansos y juegos, para, anocheciendo, regresar a la casa en Caño, donde nos espera una barbacoa para cenar.
Tras la cena, nos acostamos, más tarde lo que pretendíamos, ya que mañana, a las 7:30 tenemos que estar en planta para pasar la mañana en los Lagos de Covadonga, pero eso... os lo cuento mañana.
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