domingo, 9 de marzo de 2014

Diario de Viaje Roma 2014 - Jornada 2 - La Roma Imperial

Hoy es Jueves 27 de Febrero:

La alarma suena a las 7:30 de la mañana. Hay que levantarse temprano ya que hay que aprovechar el día. El primer día se lo queremos dedicar a visitar el Foro Romano, lo que queda de la gran ciudad que se convirtió en el centro de un Imperio, pero antes vamos a desayunar.


El desayuno del hotel es tipo buffet, y tengo que decir que es muy bueno, tenemos muchas opciones: Varios tipos de pan, que podemos rellenar bien con mermelada o con margarina, también hay dulces, queso, salchichas, huevos duros, cereales de varios tipos... vamos que hambre no pasamos... y de beber zumos, café, o cacao, a elección. Me llama la atención un zumo, que luego he visto es muy común en Roma, la naranja roja. Muy dulce, muy bueno.


Pues nada. Una vez con el estomago lleno, salimos del hotel dirección Termini. Estamos cerca del centro (el último día lo comprobaremos) pero para que mi madre no se me canse desde el principio, decidimos tomar el metro para llegar hasta el foro. El metro de Roma es sencillo, actualmente sólo tiene 2 líneas, por lo que no a todos lados llega, pero sirve para acercarte a los lugares más turísticos de la ciudad. En nuestro caso, tomamos la línea B (que recorre la ciudad de norte a sur) en la estación de Termini, y nos bajamos en la parada Circo Massimo, que es la más cercana a la entrada del Foro por el monte Palatino. 


Decidimos entrar por este lugar, y no por el Coliseo, por dos motivos. El Primero es porque el Palatino es un monte, y si empiezas por este lugar, el resto del foro es en el mismo nivel o hacia abajo, y segundo, porque por este lugar suele entrar menos gente, y nos encontraremos menos cola, de hecho ninguna, entramos enseguida. La entrada nos costó 12€, mejor dicho, me costó. Mi madre por ser mayor de 65 años, y residir en un país de la Comunidad Europea entró gratis, y mi prima, por ser docente de un centro público, entra con la tarifa reducida, 7,5 € (de esto me informé antes de ir a Roma). Esta entrada no es sólo para el Palatino, sino que sirve también para el resto del Foro y para la entrada al interior del Coliseo, y se puede usar durante 2 días consecutivos. A nosotros con 1 nos basta.






Ubicado a 40 metros de altura sobre el Foro Romano, el Monte Palatino es la más céntrica de las siete colinas de Roma y compone una de las partes más antiguas de la ciudad. El Monte Palatino está considerado la cuna de la capital italiana y se cree que estuvo habitado desde el año 1000 a.C. Cuenta la mitología romana que la cueva en la que vivía Luperca, la loba que cuidó de Rómulo y Remo, se encontraba situada en el Monte Palatino. Según la leyenda, cuando los hermanos crecieron decidieron formar una ciudad a orillas del río pero, al no ponerse de acuerdo en algunos puntos de la decisión, Rómulo mató a Remo y fundó la ciudad de RomaEn el Palatino se pueden ver infinidad de restos de las imponentes edificaciones que fueron construidas para la alta sociedad romana en la antigüedad. Aunque el conjunto es impresionante, lo que se considera más importante es lo siguiente:

Domus Flavia: El espléndido palacio Domus Flavia fue construido en el año 81 a.C. por encargo del emperador Domiciano para ser utilizado como residencia oficial y pública. En la actualidad aún se pueden ver algunas partes de la extensa construcción.

Hipódromo de Domiciano: Dotado de la apariencia de un circo romano, no se sabe a ciencia cierta si el estadio fue concebido para la realización de carreras a pie, o bien para ser utilizado simplemente como jardín.



Casa de Livia: Esta casa de aspecto modesto construida en el siglo I a.C., es uno de los edificios mejor conservados del Palatino. Aún es posible vislumbrar los restos de los mosaicos y frescos que un día dieron alegría a los techos y paredes.
Casa de Augusto: Construida como la residencia particular de Octavio Augusto, la casa edificada en dos niveles aún conserva gran parte de los preciados y coloridos frescos que decoraban sus paredes

Jardines Farnesianos: Proyectados a mediados del siglo XVI sobre las ruinas del Palacio de Tiberio, los Jardines Farnese fueron uno de los primeros jardines botánicos que se crearon en Europa. Desde aquí tenemos un mirador hacia el resto del Foro, impresionante. Es desde donde tomé la siguiente imagen panorámica.



Bien, una vez visto el Palatino, vamos bajando la colina, y llegamos al Foro Romano, la zona en la que se desarrollaba la vida pública y religiosa en la antigua Roma. Como curiosidad, el área en el que se encuentra el Foro fue en sus inicios una zona pantanosa. En el siglo VI a.C. el área fue drenada mediante la Cloaca Máxima, uno de los primeros sistemas de alcantarillado del mundo.

Lo primero que vemos es el Arco de Tito (Es un arco del triunfo que conmemora la victoria de Roma sobre Jerusalén. Fue construido tras la muerte del emperador Tito). En este punto podemos o bien ir hacia la izquierda, y ver el resto de la ciudad, o bien a la derecha, y visitar el Coliseo. Estas opciones son posibles porque estamos enmedio de la Via Sacra, la calle principal de la ciudad, y que comunicaba el Coliseo, a las afueras, con la plaza del Campidoglio (o Plaza del Capitolio que está situada en la cima de la Colina Capitolina y es la primera plaza moderna que se diseñó en Roma, hoy sede del ayuntamiento de la ciudad)
Optamos por la primera opción. El arco de Tito no es el único que aún se mantiene en pie, también están el Arco de Severo Séptimo: Arco erigido en el año 203 d.C. para conmemorar el tercer aniversario de Severo Séptimo como emperador; y justo al lado del Coliseo, El Arco de Constantino fue erigido en el año 315 en conmemoración de la victoria de Constantino I el Grande en la batalla del Puente Milvio, aunque me lo he encontrado en obras, por lo que no he podido visualizarlo en su esplendor. 
Visitar el foro es increíble. Es el lugar donde se desarrollaba toda la vida ciudadana en la antigua Roma: la política, la justicia, el comercio, la vida social y el culto a los dioses. Era el corazón de la Ciudad y está cargado de recuerdos de los principales protagonistas de su historia. A cada paso que doy, intento cerrar los ojos, e imaginar como sería la vida en este lugar, hace 2000 años, cuando el emperador era Julio César, y Roma dominaba el mundo conocido. 
Foro Romano 
Una vez visitado el foro, subimos (a mi pobre madre le costó un mundo) las escaleras que nos llevan al monte Capitolino, para una vez arriba, conocer la antes nombrada Plaza del Campidoglio. En la actualidad, es la sede de los museos capitolinos, y además, en la subida, en la esquina entre el Palazzo Senatorio y el Palazzo Nuovo se encuentra situada la escultura de la mítica Loba Capitolina que forma parte de la Leyenda de Rómulo y Remo, aunque esta sea sólo una copia, ya que la original está resguardada en los Museos Capitolinos.
Bajamos las escalinatas de la plaza, y llegamos a un punto importante de Roma, la Piazza Venezia.
El aspecto actual de la plaza viene de la demolición y la reconstrucción hecha a principios del 900, lo que llevó a la construcción del monumento colosal de estilo victoriano a Vittorio Emanuele II (en tono de broma lo apodan "la máquina de escribir").
La plaza es también la sede del Palazzo Venezia, la antigua sede papal, de la que el Papa Julio II observaba, con vistas a un balcón, carreras de caballos de  raza, que hasta 1883 se disputó a lo largo de la Via del Corso. Además del Palazzo Venezia, se encuentra el Palazzo Bonaparte, donde vivió desde 1818 hasta su muerte, la madre de Napoleón, Letizia Ramolino.

A partir de este punto, bordeamos el impresionante monumento dedicado a Vittorio Emanuelle II, y a mano derecha, entramos en la Via del Foro Imperial. Esta gran avenida, nos deja a nuestra mano izquierda, el Foro de Trajano, otra parte más de este gigantesco foro, ordenado crear por Trajano, durante los años 107 y 112 DC, y a la derecha, el resto del foro que ya hemos conocido. Al fondo, al final de la avenida, colosal, nunca mejor dicho, El Coliseo. 



Es el anfiteatro más grande construido durante el Imperio Romano. Durante más de 5 siglos ofreció espectáculos de fieras, batallas de gladiadores y representaciones de batallas. Una vez dentro, al igual que me ocurrió con el foro, me imaginaba al pueblo romano en sus gradas, con ganas de ver estas luchas de gladiadores, entre ellos y con animales, mientras el emperador se jacta de su poder, dándole al pueblo espectáculo. Pues vaya.... que hartura de muerte y de sangre... no se yo si eso lo consideraríamos hoy espectáculo. 







Bueno, ya van siendo más de las 2 de la tarde, y estamos ya con ganas de comer. Como no nos hemos informado sobre los restaurantes de la zona, damos una vuelta, por los alrededores del Coliseo, y ver que nos ofrecen. Finalmente, nos llamó la atención una pequeña tienda donde por sólo 5 euros, te ofrecían un calzone y un refresco. El calzone es una especie de mezcla entre pizza y bocadillo, y había de varios sabores. Estaba muy bueno. A ambos lados de la puerta de la tienda había dos bancos, y allí que nos quedamos para retomar fuerzas. 




Una vez ya algo más descansados y con el estomago un poco más callado, nos ponemos en marcha para la segunda parte del día. Dejamos atrás la Roma Imperial, y nos trasladamos a la Roma Medieval, en concreto al barrio del Trastevere, uno de los barrios más antiguos (Siglo XII) y bonitos de la ciudad, de estrechas calles, y con un especial aire bohemio. Pero no veas para llegar. 

Resulta que no hay línea de metro que lleve a esa zona, así que hicimos lo siguiente para no andar mucho, que mi madre ya demasiado ha andado por la mañana. Primero cogemos el metro desde el Coliseo, para tomando de nuevo la línea B, bajarnos en la parada Piramides. Nos dijeron que allí tomásemos un tren local hasta Trastevere, pero al llegar a ese punto, yo solo veía trenes para otras ciudades de Italia. Le pregunto a uno de seguridad que estaba allí, y me dice que salga en dirección derecha, y veré el tren. Salgo por la derecha y no veo trenes. Pregunto a otro hombre allí, y me dice lo contrario, que tengo que salir dirección izquierda, y veré los trenes. Allá que me voy para atrás, para la izquierda, por donde había venido antes, y sigo sin ver los trenes. Le vuelvo a preguntar al mismo hombre de seguridad, haciéndole ver que me tienen como una pelota de tenis, y me explica, ya por fin, que no es que tenga que ver trenes, sino que al salir, me fije en otra, en otra estación de trenes... vale!!!!! pues si.. salimos (ahí me di cuenta que daba igual salir por la izquierda o por la derecha, ya que ambas puertas dan a la misma plaza) y frente a dicha plaza, hay otra estación de tren. Allí que vamos, y sí, los trenes de cercanías, algunos, su primera parada era en el barrio de Trastevere. 

Pues nada, nos montamos en el tren, nos bajamos en la parada de Trastevere, y allí preguntamos por el motivo principal de nuestra visita, la Basílica de Santa María (iglesia destacada por los impresionantes mosaicos dorados de la fachada y por su campanario). Pues bien, nos dicen que está a más de 1 Km, así que decidimos ir en Tranvía... pero... pero.. nos equivocamos de acera en la parada, y por tanto de sentido, así que en la primera parada, nos volvemos a bajar, cruzamos de acera, y ahora sí, nos montamos en el tranvía correcto, en la dirección correcta... mi madre ya me mataba,... jajaja. Suerte tuvimos también, que preguntando, nos oyó un buen hombre, ya mayor, que iba precisamente a la parada de la iglesia, y nos dijo muy educado que le siguiéramos en el tranvía, y que nos bajáramos donde el se bajara. Durante el trayecto, en una mezcla de italiano y español, muy de agradecer al caballero, este buen hombre me explica que su nuera es de Ecuador, y por ello medio conoce nuestro idioma, y que de joven, fue guía turístico, y me dio información de lugares increíbles que visitar en el Trastevere. Lástima que mi madre ya estuviera la pobre cansada, y sólo me permitió a mi prima y a mi ver la iglesia y dar una vuelta por el barrio, mientras tomamos un helado tradicional, un gelatto, y unos dulces de chocolate buenísimos. 




En esos pocos minutos que estuvimos por esa zona de la ciudad, (la verdad me quedé con ganas de ver más calles, pero eran ya cerca de las 6 de la tarde, empezaba a anochecer y cierto es que para ser el primer día, mi madre se estaba portando como una campeona, así que no le quise llevar la contraria).... como digo, en esos pocos minutos, el barrio me encantó. Un laberinto de calles, super viejo todo, con un montón de casas, tiendas, talleres, bares, ..., con vida, muy distinto a todo lo visto por la mañana, que si, que estaba lleno de turistas, pero vida, vida, el foro romano tiene poca.. jajaja.

La iglesia de Santa María en Trastevere es preciosa. Fundada por el Papa Calixto I en el siglo III, cuando el cristianismo aún era un culto minoritario, la Basílica de Santa María en Trastevere es un templo que conserva su carácter medieval. Exteriormente la iglesia destaca por los impresionantes mosaicos dorados de la fachada y por su campanario, que data del siglo XII. A la izquierda del Altar Mayor se puede visitar la Capilla Altemps, decorada con estilo barroco, en la que se puede ver a la Madonna de la Clemenza, una imagen de la Virgen realizada a tamaño realAl principio de la nave a mano izquierda se encuentra la escultura de San Antonio, famosa por conceder deseos. Son muchas las personas que dejan sus peticiones. Nosotros no realizamos ninguna, pero si que había gente rezándole. 

Bueno, pues una vez visitada la iglesia, y haber tomado algo típico italiano, paseando tranquilamente por algunas de las calles del barrio, es hora ya de descansar, y regresar al hotel. Son cerca de las 7 de la tarde y ya es de noche. Para no hacernos el lío de antes, decidimos coger el tranvía de nuevo hasta la estación de tren de Trastevere, y allí, tomar un tren local (que no metro) que nos lleva directamente a la estación de Termini (bendito punto central de todas las comunicaciones de Roma, jajaja). Una vez allí, damos una vuelta por la estación de Termini, buscando la salida a la calle del hotel (Via Marsala) y nos damos cuenta del mundo subterráneo que allí existe.... con restaurantes, tiendas de ropa, comercios de comida, incluso Mcdonalds... aquello parecía un centro comercial. 

 

Aprovechamos para entrar en una pequeña tienda para comprar comida y bebida para cenar (la bebida en Italia es muy cara, compres lo que compres y donde lo compres) y de ese modo, llegar al hotel, ya cerca de las 8 de la tarde, asearnos, cenar, y descansar de este primer gran día. 

Roma me está encantando. Es impresionante, y aún nos quedan 2 días más aquí y muchas cosas más que conocer y ver. La lastima es que sólo son 2 días, y que la previsión del tiempo da agua. En fin. Mañana os sigo contando.

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