Es domingo 2 de Agosto.
Tras una reconfortante noche, hoy nos levantamos por primera vez en Asturias, y tenemos que decidir donde y que vamos a ver. Tras varias opciones, y después de desayunar, se decide ver la zona más occidental de Asturias, y llegar incluso a la provincia de Lugo, a Galicia, y siempre bordeando la costa cantabrica, hasta llegar a Ribadeo. Pero empezemos por el principio.
En la primera localidad en la que paramos es en Luarca, a unos Kms de Cudillero. El paisaje del recorrido es impresionante. A un lado del coche montañas inmensas, con mucha arboleda, y al otro lado, los pueblos costeros, y el mar Cantabrico de fondo. Gracias a la nueva autovía del Cantabrico (tiene tramos aún no concluidos) llegamos a dicha localidad costera, típico pueblo de pescadores, donde la parte principal, como en todos los pueblos de la zona, es el puerto pesquero, lleno de embarcaciones y con la lonja del pueblo como edificio destacado.
Alrededor, y ya callejeando, te encuentras calles y plazas que dan al ayuntamiento o a los comercios del pueblo. En la oficina de información y turismo de Luarca pedimos información (valga la redundancia) y sugerencias de que tenemos que ver por la zona. Recibimos varias sugerencias. El primer lugar al que fuimos fue a la playa de Barayo, a 1,5 Kms del pueblo Puerto de Vega. Lo primero que nos encontramos al aparcar fue un mirador donde veiamos la playa, abajo del acantilado, semidesierta, y donde desembocaba un río (no se cual, la verdad).
Bajamos a la playa, por unas escaleras de madera, y claro, no desaprovechamos la oportunidad de darnos nuestro primer baño en el mar Cantabrico. Yo personalmente, craso error, me dejé el bañador en el coche, y me quedé con las ganas, pero el resto del grupo no. Tras el baño, y un paseo por la playa, regresamos al coche y almorzamos en un parque del pueblo Puerto de Vega.
Llevabamos ensalada de pastas y nos la comimos en un pequeño parque junto al puerto pesquero del pueblo. De nuevo típico pueblo pesquero de la zona. Muy pequeño, eso sí. Era el puerto pesquero, dos calles llenos de restaurantes y bares, y poco más.
Tras almorzar, seguimos hacia el oeste, dirección A Coruña, buscando Ribadeo, y su famosa playa de las Catedrales. Previamente paramos en el último pueblo de Asturias, Castropol, y a través de su mirador, vemos la ría de Ribadeo y la localidad de dicho nombre (situado ya en la provincia de Lugo). En Castropol estuvimos poco tiempo, y partimos hacia Ribadeo, en busca de dicha playa de las Catedrales, famosa porque con la pleamar, parece una playa con acantilados normal y corriente, pero con la bajamar van apareciendo piedras en forma de arcos, de forma consecutiva, seguidas, por las cuales puedes pasar andando, a través de ellas, atravesando sus cuevas, ..., y todo eso es en teoría, porque llegamos con la marea alta, y no pudimos hacerlo. Eso sí, la playa veía preciosa. Os pongo una foto buscada en internet, porque las que hice con mi camara, no os van ayudar a haceros una idea del lugar.
Viendo que la Playa de las Catedrales no nos ofrecía nada más que acantilados, volvimos al coche, serían ya las 5 de la tarde, y regresamos hacia Cudillero, haciendo parada, entre los pequeños pueblos pesqueros, y sobre todo, en la Playa del Silencio, de nuevo una playa deshabitada, muy escondida, de dificil acceso, donde, esta vez sí, me pude bañar. Dicha playa está entre Castañeras y Novellana, a 15 Kms de Cudillero, dirección Santa Marina.
Tras el baño, regresamos a la casa, donde tras una reparadora ducha y una buena cena (sopa, puré de patatas y salchichas), nos dimos una última vuelta por Cudillero, para ver el pueblo de noche. Tiene su encanto, pero a mi parecer es más bonito de día, con sus casas de distintos colores, lo cual de noche no se aprecia.
Buscando sin suerte una sidrería abierta (eran ya las 12 de la noche), regresamos a la casa, para irnos a dormir, y reponer fuerzas. Esto sólo ha sido comenzar.
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