sábado, 14 de septiembre de 2013

Diario de Viaje Países Bálticos: Jornada 5 - Tallin

Hoy es 22 de Agosto de 2013.

Son las 7:30, y es hora de levantarse. Han sido muchos Kms hasta llegar a Tallin, y nos espera un día entero para conocerla. Primero, lógicamente, hay que cargar energías, y el desayuno-buffet del hotel no tiene desperdicio, con muchas más opciones, si cabe, que en Riga, y un salón más grande y por lo tanto sin los problemas de buscar, esperar y cojer sitio. Comienza bien el día.

Tras reponer fuerzas, nos montamos en el bus y comienza nuestra visita turística con un primer paseo panorámico, primero rodeando el casco antiguo, alrededor de su muralla medieval, para luego ir saliendo a las afueras del casco histórico. Llegamos a los alrededores de Kadriorg, un parque enorme, con jardines inmensos, preciosos, y cuyo principal atractivo es el palacio de los zares, Pedro y Catalina. No daré muchos más detalles, ya que esta zona la visitaremos mañana, así que hasta aquí puedo leer...

Nuestra visita en bus acaba en Pirita, zona marítima, situada a 2Kms de Tallin, desde donde se pueden disfrutar de unas vistas magníficas de la ciudad, tanto la parte antigua, como la moderna, o disfrutar de la playa (no penséis en playas de arenas finas como las nuestras, en Cádiz, sino el concepto de playa, de acumulación de agua para bañarte... y poco más). Como curiosidad, Pirita, es decir, Tallin, fue subsede olímpica, en los juegos olímpicos de Moscú 1980, concretamente la sede de la competición de vela. Aún hoy está activo el puerto marítimo, y las instalaciones donde se alojaron los deportistas, hoy en día la mayoría son hoteles.



Regresamos a Tallín ciudad, a su casco histórico, para ya andando, conocer todo lo que esta parte de la ciudad tiene que mostrarnos. Indicar que el casco histórico de Tallin se conserva como fue construida en su origen, haya por el siglo XIII, cuando en 1219 los daneses ocuparon la zona, de hecho, Tallin, en estonio significa ciudad danesa. El casco urbano del centro de la ciudad se divide en dos, la parte alta, situada en una pequeña colina (la zona alta se denomina Troompea) y la parte baja, a los pies de dicha colina. Comenzamos nuestro paseo por la parte alta, donde visitamos en primer lugar la catedral ortodoxa rusa del siglo XIX, de Alejandro Nevski. Es llamativa por sus cúpulas y los mosaicos de la fallada. Ya dentro, está llena de iconos de familias nobles de la ciudad. Justo enfrente de la catedral, en la misma plaza, se situa el palacio del gobierno, donde se encuentra el parlamento del país. En la actualidad lo están reformando, pero aún así se ve un edificio precioso.




Continuando nuestro callejear, llegamos a través de calles estrechas y asfaltadas con piedra, como suelen ser las calles medievales, a la Plaza de la Iglesia, llamada así porque es donde se encuentra la Catedral de María, de características luteranas, y que data entre los siglos XV y XVIII. En su interior están sepultados personajes importantes de la ciudad. Llama la atención los numerosos escudos hechos de madera, que llenan las paredes del interior de la iglesia, por lo demás, poco detallista.



Seguimos nuestro recorrido a través de las calles preciosas de Tallin, y llegamos a uno de los varios miradores que tiene la ciudad en esta parte alta del casco antiguo. Las vistas son increíbles. Llenos de gente, turistas, realizando la foto individual, de pareja o grupo, característica, con las torres de iglesias y edificios antiguos, en un primer plano, con la silueta de los edificios modernos al fondo. Hay que verlo.



Tras el mirador, bajamos por una calle de escalones a través de la muralla de la ciudad, para llegar a la parte baja, donde seguimos nuestro recorrido, entrando en la ciudad medieval a través de una de las puertas antiguas, aún en pie, de dicha época, y que aún conserva su estructura inicial, incluyendo sus torres, las cuales protegían la entrada de la ciudad. A partir de aquí, explicar como es el centro de Tallín es un intento fallido por mi parte. Edificios preciosos, antiguos, algunos mejor conservados que otros, calles únicas, e iglesias y edificios imponentes. Llama la atención el pasaje de Santa Catalina, un pasaje, una calle, a la cual se accede a través de una puerta en un edificio, y que te lleva directamente a un viaje en el tiempo, muy coqueta, muy bien cuidada, y en cuyas paredes, de la calle, están expuestas trozos de piedra original de la catedral, varias veces destruida, y reconstruida, por lo que se ve.






Nuestra visita guiada, termina en la plaza del ayuntamiento. Si bonito ha sido llegar hasta aquí, esta plaza ya es lo máximo. Antigua plaza del mercado (en época medieval), es el corazón de la ciudad, del casco histórico, todas las calles llevan a ella, y es el punto de unión de todo lo demás. En la torre del ayuntamiento (que parece una iglesia) se puede ver una veleta, símbolo de la ciudad, y que tiene el nombre popular de Tomás el Viejo. La plaza está llena de vida, rodeada de bares, restaurantes y tiendas de recuerdos y souvenirs, y llena, llena de gente de muchos lugares. Esta plaza tiene magia, tiene algo especial. Me encanta.




Una vez llegados aquí, tenemos que reponer fuerzas, primero entrando en un bar, especializado en cervezas, donde probamos la cerveza con miel, bueno, prueban, que a mi la cerveza no me llama la atención, pero dicha cerveza es originaría de aquí, y es típico probarla, entre muchas otras. Posteriormente, ya con idea de almorzar, entramos en un restaurante irlandés, recomendados por unos compañeros del viaje, a los cuales acompañamos. Quizás no sea un restaurante local, estonio quiero decir, pero la comida está muy buena, y el precio decente. Todos salimos muy contentos de dicho restaurante.

Seguimos nuestro recorrido, visitando aquellas zonas que aún no conocemos, como otra entrada a la ciudad medieval, donde hay una torre más baja que las demás, pero más grande, más ancha. Se denomina, Margarita la Gorda. Visitamos la iglesia Oleviste, ó de San Olaf, consagrada al rey Olaf II de Noruega, durante el siglo XII, tiempo en el que fue considerado el edificio construido por el hombre, más alto del mundo conocido, con una torre de más de 120 metros. Fue el centro de la ciudad, hasta su conquista por los daneses, en 1219. También visitamos la farmacia del municipio, situada en la plaza del ayuntamiento, y que data de 1422, siendo una de las pocas farmacias que siguen funcionando desde el medievo, y por tanto considerada una de las más antiguas del mundo. Tras visitar de nuevo el barrio alto, para ver otra vez, ya con menos gente esta parte de la ciudad (indicar que los cruceros de turistas se suelen ir a las 5 de la tarde, y las calles de la ciudad se quedan mucho más vacías a partir de esas horas), finalizamos nuestra visita en el mirador del hotel Seridon, un hotel de reciente creación, fuera del casco antiguo, fuera de las murallas medievales, pero muy cerca de dichas calles, y en cuya planta 24 tiene un bar al aire libre, desde como os podéis imaginar por las alturas, hay unas vistas increíbles de todo el golfo de Finlandia (recordar que estamos a tan sólo 80Kms de Helsinki, aunque lógicamente, por muy alto que estemos, no se ve). Nos recomendaron este lugar para visualizar la puesta de sol, para ver como se esconde el sol en el horizonte del mar Báltico, dejando a toda la ciudad antigua con una luz anaranjada de fondo, que junto a las líneas de la ciudad, con todas sus torres e iglesias, o incluso la formada por la muralla de la ciudad, dan una visión increíble, fantástica, de la ciudad, lo cual acaba por conquistar al visitante, al menos conmigo lo ha conseguido, si ya de por sí su casco antiguo medieval ya no lo hubiera realizado durante el día.





Tras esta increíble puesta de sol, única, nos dirigimos de nuevo a nuestro hotel, para descansar y recuperar fuerzas para el día siguiente, también en Tallín. Tenemos intención de visitar Kadriorg, como comenté anteriormente, pero ya os daré más detalle manaña.

Hasta la próxima Bloxperiencia.

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