viernes, 15 de agosto de 2008

Diario de viaje: Jornada 5 (Lagos de Plitvice)

Tras desayunar, y ver como nuestras compañeras de habitación, iban despertándose de su invernación, de nuevo cogemos carretera y manta, continuando con nuestro viaje. Hoy nos espera un paraje considerado parque natural. Me refiero a los lagos de Plitvice:



Tras dos horas de carretera, primero dejamos las maletas en el hostal. Es una casa habitable, muy cómoda, y en un lugar muy tranquilo, en un pueblecito de pocas casas. Partimos hacia los lagos y tras solo 8 kms, llegamos a ellos. A primera vista parece un parque más, con mucha arboleda, pero dentro te espera una sorpresa.



Tras comprar los tickets (por cierto, pagamos la mitad. La entrada valía 15 euros, pero pagamos la entrada de niños, 8 euros. Indicamos que eramos estudiantes, y nos pidieron los carnets. Los dos de la cola empezaron a llamar a los otros 3, para coger los carnets, los cuales no teníamos, pero con el jaleo que formamos llamándonos, y la cola que había, la señora se lo pensó y dijo, vale!!, con dos carnets me valen... y cogió solo los dos que de verdad tenían carnets, jejeje,... de nuevo la picaresca española...). Al entrar al parque tienes que elegir que recorrido haces, los hay cortos de 2-3 horas, y los hay largos, de 6-8 horas. Elegimos el que mezclando autobús y barco, nos permitía ver todo el parque entre 4 y 6 horas. El autobús nos deja en la parte más alta del camino. En nuestro autobús, viajaban una excursión de ingleses del inserso (o eso parecían), así que al bajarnos del autobús, nos paramos y aprovechamos para almorzar nuestro pedazo de bocadillo (hamburguesa con queso y tomate) para hacer tiempo, y dejar a los abuelitos ingleses por delante, y empezar nosotros a recorrer el parque con tranquilidad y a nuestro propio paso. (Explicar que por allí no puedes andar por donde quieras, sino que hay un camino de madera, en el que caben como mucho dos personas juntas, por lo que ir al paso de un montón de abuelitos, podría retrasar nuestra marcha).



Tras almorzar, comenzamos nuestra ruta, y vas viendo poco a poco, la grandiosidad y belleza del lugar. Lagos grandes, lagos chicos, ríos que los unen, cascadas grandes, cascadas chicas, cascadas anchas, cascadas estrechas,..., todo tipo de cascadas, que van apareciendo en cada recodo del camino, a veces de madera, a veces de tierra y barro, que te va permitiendo ver el parque. La verdad que me faltan palabras para describirlo todo, incluso con la cantidad de fotos y vídeos que haces del lugar, lo único que se puede decir es: VE A VERLO!!!



Ver el parque son varias horas de senderismo, así que ese día, el día que vengáis, recarga antes las pilas, y ve con zapatos y ropa cómoda. El único momento de relax, depende de la ruta elegida, en nuestro caso es el viaje en barco, que atraviesa el lago mayor de todos, y que dura unos 10 minutos, pasando de la zona alta, a la zona digamos menos alta del parque.



Lo dicho, explicar el día en los lagos, no se puede. Hay que visitarlos y vivirlo. Te encuentras gente durante todo el recorrido, subiendo, bajando, descansando, echando fotos... (cogimos a nuestros abuelitos ingleses, a la altura del embarcadero del lago que os comenté antes). Unido a la belleza del lugar, destacar sus animales. Vimos gran cantidad de peces, de distintos tamaños y colores, y muchas aves, sobre todo patos, y la tranquilidad y belleza con la que te encuentras en varios puntos del recorrido... no tiene precio.



Tras 5 horas de caminata, regresamos al punto de comienzo, y tras una merecida merienda, que nos ayuda a recargar las pilas, vamos a un pueblecito a 30 Kms de los lagos (Slurj). Esta mañana, en la ida hacia los lagos, ya pasamos por dicho pueblo, y nos fijamos que por él pasaba un río, el cual es usado por sus habitantes como lugar de baño, y como en los lagos no te dejan bañarte porque está prohibido, allá que regresamos al río para quitarnos la espinita, y de camino darnos un buen chapuzon y refrescarnos del calor que hacía. Nos quedamos como nuevos. Aprovechamos la estancia en la localidad, para comprar fruta y cenar. Elegimos un restaurante que tenía muy buena pinta, y donde nos hinchamos de pizza (allí hay un tamaño de pizza, llamada jumbo, que es más grande que una familiar, y nosotros pedimos dos), ademas de ensaladas (por el tema de comer bien...). Las dos pizzas cayeron, y las ensaladas también, claro, y tuvimos la mejor cena calidad/precio que hemos tenido hasta ahora (mejor que el restaurante pijo de anoche, en Zagreb).

Con las piernas cansadas, pero el estomago lleno, regresamos al hostal, donde nos espera una reconfortante ducha y una cómoda cama. Mañana seguimos en Croacia, acercándonos ya a la costa, hacia el sur, en concreto, hacia Split. Personalmente hoy ha sido el mejor día de lo que llevamos de viaje, y me llevo un muy buen recuerdo de los lagos de Plitvice.

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